jueves, 2 de abril de 2009

18

-Signorina… -dice el oficial de policía mientras hace un gesto con la mano, como llamando a alguien. En efecto, detrás suyo sale el traductor. El oficial comienza a hablar y el traductor… bueno, traduce. -Señorita, al parecer hubo una equivocación. Estamos completamente consternados por el error, pero para subsanarlo esperamos que acepte sus cosas y este dinero -dice mientras otro policía me pasa mis cosas, mi pasaporte, mis documentos, mi cartera, todo… y una pequeña bolsa de papel. No entiendo la situación y los miro con la mejor cara de imbécil que hice en años. Agradecen con la cabeza y el oficial a cargo, el del estúpido bigote, me guiña el ojo antes de irse con sus compañeros. No entiendo. Lo pienso un rato. Me devolvieron todo… claro. La perra esa se fue con ellos al llegar y ahora me devuelve todo para que vuelva a casa. No quiere que interfiera y así me lo hace saber. Recupero mis cosas y todo esta asunto terminó. La odio. Mierda, como la odio. Mientras me siento para repensar la situación, para aclarar los pensamientos, veo que hay un gran revuelo. Realmente grande. Al parecer llevan un féretro. Soldados, policías, guardaespaldas de negro… se hacen a la idea, todo el aparato. Me dirijo hacia el local de comida rápida, tengo mucha hambre, aunque parezca extraño, en este momento solo puedo comer. Al llegar veo mucha gente acongojada frente al televisor. Diablos, si supieran lo que yo ví allí no se harían tanto drama por sus problemas. Seguro que no.
Pido una hamburguesa como una primate. Hago señas hasta que la chica, no muy espabilada me entiende que señalo el cartelito frente a ella. El número uno. Sí, gracias. Miro a la gente agrupada. Esa TV ya me trajo malas noticias en el pasado, no hay razón por la cuál deba prestarle atención ahora. Solo trae problemas. Aunque no puedo quedarme con la intriga. Ok, miraré unos segundos, solo para saber que está pasando. Dejo a la pidiendo mi hamburguesa y me dirijo hacia la gente. Veo lo mismo que ellos. Que bueno. No tiene nada que ver conmigo. Murió un importante funcionario de… no sé, algún país. Me quedo tranquila y voy a por mi hamburguesa. No quiero que se enfríe. Pago mi hamburguesa, busco un lugar para sentarme. No es que pueda quedarme tranquila con el escándalo de afuera y la gente llorando, pero al menos trataré de comer. Antes de sentarme siento un malestar en el estómago, casi diría un dolor menstrual. Ja, por lo menos no estoy en esos días. Pienso que el hambre está haciendo efecto sobre mí y me dedico a abrir y masticar mi hamburguesa. Sueño con estar en una jodida bañera, cómoda, escuchando música Chill-Out o alguna mierda New Age, algo tranquilo… De repente, mi sueño se ve invadido por un tipo barbudo, que se sienta a mi lado -¡Hola!, ¿Cómo estás amiga? -Le muestro mi dedo medio y le explico que no soy amiga de nadie, que no moleste. -¿Cuesta reconocerme con esta pinta no? -me dice el incomodante señor. Miro para otro lado, buscando otro lugar donde sentarme a engullir tranquilamente mi comida basura. -Ok, Ariana, si quieres estar sola lo entiendo, me retiro -me dice el tipo y se vá. Yo sigo masticando mi hamburguesa mientras pienso lo que acabo de oír. Dejo de masticar. Giro la cabeza y miro al jodido tipo, más bien a su espalda. Me quedo unos instantes. Pienso y no llego a conclusiones. ¿Quién mierda es?. Suelto mi comida y corro hacia fuera. Miro a los lados. No lo veo. Busco con la mirada y al fin lo encuentro. Lo veo. Está entrando al baño de hombres. Corro. -¡Hey! -le grito, pero no se gira. Llego al baño y espero. Mierda. Los segundos son muy largos en estos momentos. Una ejecutivo que sale del baño me suelta unas monedas con mirada altanera, mientras se cierra la bragueta -¡Jodido estúpido, no quiero tus putas monedas! -le digo a los gritos. Parece que estoy sensible, pero no tenía porqué darme una moneda, maldito garabato de la sociedad capitalista. Espero un buen rato. Seguramente me veo bastante descolocada, la gente me esquiva o me mira desde lejos. Los hombres que salen del baño se sorprenden y caminan para el lado opuesto. Espero. Sale algún que otro tipo pero ninguno es el que busco. No puedo creer que tarde tanto. Desde aquí no veo el reloj, pero sé que paso mucho tiempo. Mierda, estoy muy impaciente. Siento un fuerte dolor en el estómago. Este maldito imbécil misterioso no me dejó terminar de comer y ya estoy sintiendo las consecuencias. Ok, si sale alguien más y no es él entro y lo busco. Sale otro tipo y ya no aguanto más. Debo entrar. Entro y grito -¿Dónde estás malnacido? -alguien se sorprende y gira asustado meando todo el suelo -Maldito cerdo, ¿va a limpiar usted eso luego?, porquer sino debería volver a depositar su cosa en su lugar y terminar allí donde debería -le digo mandoneando. El tipo mira como confundido, se vuelve, y sigue haciendo lo suyo. Miro a los lados y veo al hombre, está afeitándose. Claro, por eso es que el maldito me tenía en vela hace minutos. Mientras me dirijo hacia allí el tipo que meaba el piso está buscando papel para limpiar el suelo. Bien por él. Llego a donde está el tipo y lo giro. Mierda. Me quedo helada -¿Y de donde mierda sacaste esa barba? -le digo a Takeshi -Solo… creció -responde sorprendido. No puede explicar como es que tiene una barba de diez centímetros -Pues creo que debes de tener un problema hormonal o como se llame a ese tipo de cosas. De otra manera no tienes una barba de meses en dos días -le digo. Takeshi me mira con cara de interrogación y dice -Ariana, no nos vemos hace aproximadamente un mes. Mierda. Esto me está molestando. -Primero me dices que no me salvaste de aquél tipo, después que no me veías hace un día y ahora… ¿un mes?. No. No creo que estés bien de la cabeza. Tú estás tramando algo -Tiro de su barba y es real. No sale. Tiro más fuerte hasta que le arranco unos pelos. No. No puede ser posible. Miro mi mano con su barba arrancada y dudo. Lo miro. Takeshi está sufriendo como la mierda. Le duele. Mucho. Es barba real. No puedo entender. Debo pensar. Arrojo sus pelos y me voy de allí. Necesito pensar mejor. Salgo afuera. Trato de relajarme. No puedo entender. Si Takeshi dice la verdad entonces… ¿donde mierda estuve?. No puede ser. No. No es posible. Quizás vuelva allí y le arranque un poco más de pelo. Sí, trataré de darme cuenta si realmente sufre al arrancarlos. En eso veo a un grupo de policías y guardaespaldas que pasan por allí. Me corro. Uno de ellos es el oficial del bigote. Me mira y me saluda con gesto de beso. Desagradable. Justo después veo algo terrible. Algo mucho más tremendo que el pelo de Takeshi. El guardaespaldas. Anteojos negros. Pelo engominado. Inclusive, el auricular en la oreja izquierda. El mismo de mi sueño. Mierda. ¿Mi sueño? ¿No era eso mi vida pasada?. O ese guardaespaldas es muy viejo o mi vida pasada es una vida muy actual. Y no es mi vida. Más mierda. Me duele el estómago. En eso… un pedazo de mi interior se desprende. Estoy en esos días. Otra vez. Ahora sí creo en el paso del tiempo. Creo que estoy en problemas...
Muchos…

2 comentarios:

  1. Creo que hay algunos toques graciosos en este. De igual manera había un par de cosas que quería descubrir de a poco y quizás tenga que cambiar luego. Quizás poenr otros dos o tres capítulo intermedios. Veremos. Fijate que te parece y si es muy obvio lo que pasa o algo. Abrazo!!

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  2. excelente, de verdad, muy bueno dam, eso del pelo genial muy humano, no tengo nada que decir asi con esos toques de humo y seriedad da gusto leer esto, de verdad muy bueno.,, quiero saber que mierda pasa, no entiendo nada. jaja
    !!! esto va como piña!!!!,

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